Enrique Peña Nieto, es un genio del humor involuntario, como diría Forrest Gump "tonto es el que hace tonterías", pues Peña Nieto está consagrado como el mayor tonto de México pero con un porte de galán copetudo.
El pasado fin de semana dio por última vez el grito como presidente de México en el Zócalo de la capital de México y hace tiempo que no daba material de torpeza y en esta ocasión nos dio dos por uno.
La primera metida de pata de la noche, fue asomarse con su despreciable familia al balcón e tratar de verse en onda al intentar hacer la seña de corazón con las manos pero ni eso le sale, a lo que le valió un meme diciendo que trataba de emular un charco de sangre.
Posteriormente, por medio de su cuenta de Instagram despejo las dudas de lo que realmente intentó hacer, supongo que la artritis presidencial está pesada.
Luego llegó la media noche y jaló la reata... de la campana y el zoquete ya iba dejar la bandera cuando un sujeto (¿Del estado mayor?) se le acerca para decirle algo, lo cual sospechamos que fue "tiene que ondear la bandera, señor pendejo". ¿En serio Peña? Lo hiciste 5 veces antes.
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