7 de Abril 2011
A mi supuesto Padre:
No se por donde empezar, la
verdad se que guardado muchas cosas con el pasar de los años, trato de
acercarme a ti, y si, digo a ti, ya no estoy dispuesto a seguir jugando las
reglas que me ha impuesto alguien que ni siquiera vive bajo el mismo techo que
yo.
Para ser honestos, sabemos que yo
crecí sin ti, no fue suficiente las visitas de una vez al mes o el tratar de
darme regalos, se aprecia, porque se que es símbolo de un amor hacía un hijo,
que a veces miro al pasado con nostalgia y estoy seguro que nunca me conociste.
Aún recuerdo algunas cosas de
cuando vivimos en esa colonia prospera y snob, cuando salía del auto a saludar a la gente,
cuando ponía en la videocasetera Alicia En El País De Las Maravillas, incluso
cuando me escondí debajo de la cama por estar jugando. Hasta recuerdo una vez que
estaban viendo una película de Chespirito en la casa de mi Abuela (tu madre) y la
mañana de navidad con tantos juguetes, me sentía muy querido, pero intuía que
algo estaba mal en la relación de mis padres, desde aquella vez que fuimos al
McDonalds y le grité “pinchi” a un niño.
Fuera ahí recuerdo algunos viajes
a una juguetería del Centro que incluso te dije que solo salía contigo por los
juguetes, que luego me reclamarías sobrio en mi adolescencia. Entre esos días recuerdo
los días de lucha libre, cuando vivíamos con Ana, recuerdo que me preguntaba: "¿porque mi padre se levantaba de la cama con otra mujer?", pero no decía nada,
probablemente porque no sabía como decirlo.
Incluso recuerdo cuando estaba en
una oficina de la corte en pleno proceso de divorcio, yo jugaba con un camión y te mirabas triste, no dijiste nada, solo me
abrazaste y te fuiste, creo que estaban vigilando.
Luego te perdiste de mi vida,
creciendo sin ti, no parecía tan malo, de vez en cuando te miraba, jugábamos a
la baraja, y luego tu segunda mujer, creo que omitiré ello pues ya sabemos las cosas que
pasaron en esa época, simplemente caos.
No tienes idea cuanto me
avergonzaste en mi cumpleaños de 12 años cuando estaba en mi cuarto con 2
chicas y estabas ahí con nosotros, porque simplemente necesitaba privacidad, no
se, tal vez porque quería besar a una de las chicas jejeje, pero bueno, esa es
otra cosa, por ello no guardo rencor, sé que ni te imaginabas que pensaba así
de las niñas a esa edad.
En el desfile de Navidad cuando
estaba con la banda de guerra de mi escuela, tu andabas ahí, te acababas de rapar
la cabeza, completamente pelón andabas vestido de mesclilla, uno de mis
compañeros me preguntó que si quien eras, le conteste que mi papá, y al
preguntarme porque andabas pelón le dije porque estabas loco, lo dije como mera
expresión, pero él se la creyó, tú nada más decías orgullosamente “Como
Marine!”.
La última vez que te ví ebrio,
fue cuando viniste en diciembre, incluso lloraste frente a mí y me abrazabas,
mi madre no quería dejarte que me llevarás por andar borracho, pero yo insistí
porque quería tener un padre, vaya, mi papá.
Luego recuerdo cuando a esa edad,
a mis 13, íbamos a San Diego, con mi tío, yo acababa de descubrir la
puñeta, así es, la puñeta y cuando me estaba bañando y entrabas a apurarme
para bañarme, pensaste que quería jugar con el agua, pero no, quería
masturbarme pero llegabas a interrumpir, total que tuve que dejarlo en ese
momento y yo estando ya bañado y cambiado te escuche decir “Perdón mijo, sé que
querías jugar con en el agua, pero traemos prisa” y lo único que pensaba era en
jalarmela.
Posteriormente, después de que te
entregarás plenamente al cristianismo, te tocó vivir la etapa más turbulenta de
mi vida, mi adolescencia, probablemente en vez de satanizar todas mis acciones
y tratar de forzarme a dar respuestas, hubiera sido más sencillo dejarme ser,
no consumía drogas ilegales. A la edad de 15 simplemente dije que yo era
puto para hacerte encabronar, no funcionó, aún sigo con algo de rencor de que
te hayas metido a mi habitación y tomar lo que no era tuyo, un robo, eso fue
para mi, un robo del único refugio sano que poseía en ese entonces, la música.
Mis discos, mis partituras, mis
casettes, posters, incluso quisiste llevarte mi libro de poesías, no sabes como
te odie en mi adolescencia, te detestaba por haber entrado como un ratero con
el consentimiento de mi madre, pura madre me llevarías aun estúpido retiro a
San Diego, no más, a pesar de que en aquellos días de mis quince años me decía
cristiano, no me creías, no me tenías confianza.
Lamentablemente lo dejé pasar, no
dije nada, simplemente soporte ese golpe desde esa noche con mis lágrimas
amargas. Cuando estaba en la preparatoria, trataba de acercarme pero a ti nada
te parecía, quería compartir alguna canción contigo y nada, simplemente
escuchabas algo que no te agradaba e inmediatamente decías: “quita eso” o
“apágalo”
Es tan sencillo juzgar, y durante
toda mi vida he sido juzgado por ti, creo que la única confrontación que
tuvimos fue una vez en el Jack In The Box, por cosas triviales como dinero y no
recuerdo que otras cosas, que note que te herí, pero está ocasión es algo más
profundo, algo más importante, por eso quería hablar de hombre a hombre, pero
sé que como siempre me vas a interrumpir o no me vas a poner atención.
Crecí y tu esposa siempre me cayó muy bien, de hecho eso necesitabas, apoyo y alguien que
creyera en ti. Las veces que ibamos a Brawley eran raras, se que siempre me
comportaba muy callado, pero ahora que recuerdo era porque tú siempre hablabas,
¿y de qué? De Jesús y de Dios, me tenías hasta la madre, siempre el mismo
monólogo, durante horas, siempre, siempre, en una ocasión me dijiste “Es que yo
a tu edad como me hubiera gustado que me hablaran del señor” y pues lo que
pensé "A mi no” la verdad, es que no somos todos iguales, varias cosas ignoras
de mi, entre ellas que en mi infancia iba a la escuela dominical, incluso que
he leído la Biblia, que para ser honestos no hay nada que entender, pues todo
está muy claro, algunos les llega más que otros, eso es todo.
No parabas de parlotear, por ello
no tenía ganas de verte a esa edad, estando en la prepa fue cuando probé la
mota, la coca y el cristal, no me enganche de nada de esas cosas porque mis amigos
comenzaron a ser internados en rehabilitación, yo no quería eso, así que lo
dejé a un lado y si, llegué a pelearme en la prepa, llegaron a sacarme pistola
en la cara y navajas, novios que querían golpearme por meterme con sus novias, pero
todo salió bien, fue cuando me cansé de estar en esa etapa de la juventud, de
repente, comencé a cambiar de amigos y todo marchaba bien, más tranquilo,
comenzaba a tocar y ese era mi completo desahogo de todo, creo que de no haber
conocido la música me hubiera vuelto loco, pues fue mi catarsis, escribir
poesía, novelas, cuentos, canciones y música, pero interpretarlas era
completamente liberador, me daba fuerza, aún me da fuerza, tu nunca lo viste
así, nada más decías que era del enemigo. Fue cuando encontré a mis carnales y
cree mi primer grupo oficial de metal-hardcore, algo que me ayudó tanto a crecer en todos los
aspectos.
Cuando entre a la universidad no
recuerdo exactamente lo que platicábamos, recuerdo que aún me terapeábas de lo
mismo, Dios y Jesús, en esos tiempos todavía yo creía en Dios, pero a ti parecía entrarte por un oído y salirte por el otro, estaba consciente de que la relación
con Dios es con uno mismo y no andarla divulgando por doquier, hay que ser
humildes en ese aspecto, porque no todos van a pensar lo que uno.
Al entrar a mi segunda carrera comencé a desarrollarme, encontré mi carrera, gracias a maestros
que fomentaban el crecimiento, adoro a Leti, mi maestra favorita, incluso ella
me dijo que llegué a superarla de nivel intelectual, pero bueno, no quiero perderme
mucho, trataré de centrarme.
Se supone que esto es un intento
de expresar todos mis malestares, mejor dicho, de toda mi vida y mi relación o
falta de relación contigo. Recuerdo que cada vez que te recomiendo una película
no te interesa o te duerme o cualquier otra cosa, se comprende, no disfrutas
las mismas cosas que yo como el cine o la literatura y no hay problema.
Durante algún tiempo me pagaste
la escuela y se agradece, no hay problema, pero la neta, la única vez que
fallaste me hiciste sentir mal, digo, yo sé que a tu a mi edad ya te sostenías,
pero me resulta curioso que fácil es decir "yo no tengo", cuando tuve que
conseguir el dinero como fuera, obviamente por mi parte, pero no fue tanto el
dinero, sino saber que no podía contar contigo siempre, así lo sentí.
Mi madre y tu tendrán sus
diferencias, está claro, mi madre nunca ha hablado mal de ti, siempre me ha
dicho las cosas como son, de hecho, no hay ocasión que no diga que esta
contenta de verte tan sano y cambiado, a pesar de las veces que vienes pones tu
cara de apático e indiferente.
La verdad, siempre te he sentido
como un metiche, la neta, siempre hablando de Jehova, no hay bronca pero me llega
ha hartar, si estuvieramos en medio oriente sería Alá, aceptemoslo. La verdad
tu me hiciste dudar de la existencia de dios, cuando ibamos a la librerias
cristianas, miraba los libritos de “¿Son cristianos los católicos?” y tenían
argumentos muy bien armados, sin embargo, comencé a investigar, leer por mi
cuenta y me forje una opinión propia, de hecho llegue a blasfemar tantas veces
que nunca paso nada, trate de venderle mi alma al Diablo para ver si lo miraba
y nada, después me arrepentía, porque honestamente creía en Dios y habia
recibido a Jesucristo en mi corazón pero me di cuenta de que no era real.
Luego cuando tuve una crisis de persecusión, no llegué a pensar en Dios, yo honestamente creo que los milagros no
existen, trate de razonar y sí, viví muy asustado y deprimido después de eso,
fueron infernales esos minutos de terror psicológico, que honestamente es lo
que más detesto, lo que más puede darme miedo en una película y ahí lo viví vía
telefónica. Luego cuando viniste con un amigo tuyo, honestamente, tus palabras no
me tranquilizaron, sino las de tu camarada que estaban más encaminadas a la razón y
la lógica, no sabes, a veces me dan ganas de creer, de creer en
algo superior, pero no se me da, ni modo, así somos algunos, no quiero pecar de
soberbia, pero esa es mi postura.
Y hablando de soberbios, pues te
tenemos a ti, siempre tan soberbio y orgulloso de ser cristiano, juzgando a
todo mundo, violando los mandamientos, así es, violando los mandamientos, yo sí
creo que eres un hipócrita, por algo a mi no me preguntaste en el restaurante si pensaba eso de ti. ¿Por qué eres un hipócrita? Sencillo, por
soberbio, orgulloso, has pecado de gula, vanidoso, materialista, eso es lo que
he visto.
Recuerdo cuando tomaste parte de
las despensas de uno de los pastores y la neta me cayó de a madres lo que
dijiste, cuando la pastora nos entregó esas cajas me ofrecieron un bote de café
y yo no lo quería aceptar y dijiste tremenda pendejada a la pastora “Ay, es que
mi hijo no sabe reconocer un regalo de Dios” ¿Qué? ¿Qué vergas? No, no fue por
eso, por eso me quedé callado, todavía recuerdo lo que pensé y lo iba decir
pero me detuve, iba decir “Es que no me gusta abusar de la buena fé de la
gente”, simplemente porque esas despensas no eran para los pastores o para los
ancianos de la iglesia, sino para gente que la necesitaba, gente que realmente
la pasa gacho pero ya basta, no me quedaré más callado.
El año pasado ha sido terrible
para mi contigo hasta hoy, ¿por qué? Muy sencillo, después de estar
conociéndonos, platicando a solas, tomándonos un café y platicar, comence a
sentirme cerca de ti, así es, pero tuviste que cagarla, así es, tuviste que
cagarla, cuando estuvimos en el restaurante y me pediste que en tu ausencia no
hablara mal de Dios, yo no lo podía creer, me
quedé mudo el resto del trayecto, no sabía que decir y llegando a casa
obviamente estalle.
¿Por qué? Ahí te va, de mi parte no has recibido mas que respeto,
pero el respeto se gana, no se impone, he tratado de ser prudente y paciente
contigo, te he llamado de USTED porque el señor se ofende que lo llame de TU,
he suprimido utilizar groserías y lenguaje soez
en tu presencia porque se que se ofende el señor (TU) (ah! Una cosa
importante, el hecho de que hable con groserías no es porque me sienta macho ni
muy hombre, sino porque me siento a gusto hablando así con mis amigos, los
siento más cerca de mi porque hablar correctamente puede sugerir distancia)
bueno, además de no hablar con palabrotas, también debo de suprimir los temas
sobre sexo, lujuria, mujeres, porque es pecado. Sé que si llego y te digo “Me
cogí tal chica!” pues sé que no me aplaudirás, trato de hablar de cine y
te aburro, si te hablo de mi música y canciones dices que no te gustan, ¿recuerdas lo
que me dijiste cuando te invitaba a alguna tocada? Me respondías “¿Para que
voy? Si van a tocar pura música que no me gusta”, pues esa “música” que no te
gusta es parte de mí, ASI ES, no hay de otra, es mi obra, mis letras.
A lo que voy, es que no he sido
más que respetuoso y jugado con tus reglas y ahora que me pidas que no piense
de manera libre estando solo fue el colmo, así que a la verga, tu no me
respetas, ¿por qué he de respetar a quién nunca ha mostrado un pizca de respeto
por lo que soy o siento? Te esfuerzas en verme como alguien que no soy, no soy
cristiano, no soy bueno pero tampoco soy malo, simplemente soy y he tratado de
acercarme pero ya me canse la verdad.
A partir de aquella vez que
dijiste semejante pendejada decidí no buscarte más, por ello ni te marcaba o
respondía mails, no me interesaba, las veces que venias quería hablar de estas
cosas pero siempre venias acompañado.
Cuando me mandaste la carta de tu hijo de tu otro matrimonio, honestamente no quise responder, primera porque tu ibas a leer la carta
y en segunda porque está muy chico para entender todas estas cosas, algo como que en esta vida hay mil opciones, no solo una y
pues si yo intervenía probablemente no te iba gustar lo que les iba decir, si me cayó de madres que me mandara esa cosa.
Una cosa más, cada vez que me
preguntes que si porque no voy a visitarte a Arizona, la respuesta es sencilla, porque no me
siento a gusto en tu casa, así es, tu casa, nunca la he sentido mía y la verdad
el suelo es muy incómodo para dormir, entre otras cosas, fuera de ustedes son
muy amables pero no me gusta que supuestamente donde puede ser mi casa me
pongan reglas que ni siquiera tengo en mi verdadero hogar.
Creo que la penúltima vez que
viniste, te pedí unas cuerdas de guitarra porque allá están mas baratas pero me quedé petrificado cuando me
pediste dinero para ellas, honestamente no lo podía creer, porque no se me
hacía ético que digamos, no lo se, me pareció mal, luego creo que trataste de
hacerlo ver como broma, pero más me doy cuenta de que no puedo contar contigo
para nada.
Crees conocerme, no me conoces
nada, nada, nada… no sabes porque me conocen con tal apodo que inspira temor, no sabes porque mi banda se
llama como se llama, no sabes nada de mi, las pocas cosas que yo se de ti son por
tus enormes monólogos cuando vienes.
Llevo casi dos horas escribiendo
esto, honestamente ya no disfruto salir contigo, si bien cuando comenzamos ha
entendernos lo arruinaste con aquello de que no blasfemara en tu ausencia, pues
las ultimas veces que has venido no han sido de mi agrado, por lo mismo, porque
no me escuchas, así es, no me escuchas, comienzo ha hablar sobre algo y de
volada e interrumpes o hablas de otra cosa y antes todavía tenias el descaro de
decir “perdoname que te interrumpa” pero ni siquiera volviamos a lo que estaba
platicando, las pocas veces en que me encabronaba a ti te daba risa, me decias
pendejadas como “no sea tontito” y cosas así cuando yo estaba que me llevaba la
chingada.
No me gusta que me acaricies, me
hace sentir medio joto, no se, cuando lo haces con tu dedo en mi espalda, no me
gusta. Sé que nunca podría decirte esto de frente, primera porque te iba herir,
segunda porque lo más probable es que me interrumpieras o no me pusieras
atención como siempre, por ello tengo repetir de nueva cuenta las cosas, como
que ahora estoy trabajando en casa y que voy al servicio
social, no al trabajo y por cierto, cuando dije que yo no quería baile a eso me
refería, al baile, pero si fui al ultimo pase de lista y a la ceremonia de
graduación al teatro y creeme, me sentí tan mal que no me hablarás o no me
preguntarás para ir, porque eso es mucho más importante que un pinche baile, el
hecho de que estuvieran las autoridades universitarias dandome la mano, que mi
madrina de generación llorará frente a mi y me dijera por mi nombre “ay, ¿que voy
hacer sin ti?” me hace sentir que no te importo, a pesar de que digas que
siempre pidas por mi, que oras por mi bienestar, ¿a quién le importa? Déjeme
fuera de esas pachequeadas y mejor actua, que por un acto divino no nos
acercaremos más, hay algo llamado libre albedrío y haré todo como yo quiera, no como él que reza para que sea como él quiera que sea.
Ahí está el ejemplo de que no me
escuchas, te dije ULTIMO PASE DE LISTA es en DICIEMBRE, no me preguntaste nada,
yo quería que fuera y te dije CEREMONIA DEL TEATRO en Marzo, ¿Cuántas veces me
graduó? Esos actos eran los realmente importantes, pero sino te invite es porque
pensé que preguntarías o querrías ir o cualquier cosa, pero me di cuenta de que
no. Al fin y al cabo tuve a los que siempre me han apoyado, mi madre, mi abuela
y uno de mis carnales de barrio y claro, a mi padrino.
Y pensar que vienes de nueva
cuenta, entras a mi cuarto y dices pendejadas, si, como esa de “todos cuando
mueran a ver a quien aclaman”, aunque no lo creas, he estado cerca de la
muerte y nunca en esos momentos pensé en un dios, siempre pensaba que debía
hacer YO para salir de eso, entre peleas, una vez que casi me ahogo en una
alberca, cuando casi pierdo el equilibrio en un edificio, pero bueno, esa es
otra cosa.
Otra cosa que me cae de a madres
es que reces por los aliementos en restaurantes públicos, simplemente porque no
es mi religión, SI, RELIGION, una cosa es Iglesia y otra religión, religión
significa sobre las creencias de una entidad divina, iglesia es la comunidad de
las personas que tienen la misma religión. ¿Ya ves? He sido muy tolerante
contigo, yo no rezo por mis alimentos y estamos igual de gordos jajaja, otra
cosa que detesto es que te refieras a mi y a los que no son cristianos como
“ustedes dicen…” a la verga con eso, todos somos seres humanos y tenemos más
cosas en común que diferencias, algo tú haces a cada rato es señalar las diferencias entre nosotros.
Estoy harto de fingir ser quien
no soy estando frente a ti, y esta carta está en TU porque ya me canse de
decirte USTED, te he tenido respeto, más del que puedes exigir o merecer y la verdad ya
me harte, ya tuve suficiente, muy fácil es exigir respeto cuando no haces nada
por merecerlo, todo eso tenía que decirlo de hombre a hombre, pero bueno, estoy
seguro que me hubieras interrumpido y para acabarla de chingar me llamo igual
que tu, tal vez por ello me invente el seudónimo.
Y por último, después de todo lo
anterior, siento que no te importe, porque siempre dices lo mismo, dices que
vienes a verme a mi pero la verdad luego dices que tenías algún pendiente o cosas
que hacer aquí y aprovechas para visitarme, después que me voy de pinta por ti, ya
estuvo, mejor no me hagas favores viniendo a bolear zapatos, trayendo a Frank al dentista cuando yo me endeudo para que me saquen la muela del juicio o con el doctor y
pasar de casualidad a mi casa, que me hace sentir mal que ni siquiera vengas
exclusivamente a verme, por ello ni me dan ganas de ir a tu ciudad. Probablemente
por eso no quiero ser padre, por tener miedo de cometer los mismos errores que
mi padre con mis hijos. Comencé a escribir a las 12 am y ya son las 3:22…
- tu primogénito (desgraciadamente)