lunes, 14 de marzo de 2016

Cuando maduras y los otros siguen igual

Recuerdo cuando era menor de edad, en la cuadra de mi barrio, los modelos a seguir o bien, eran a quienes consideramos como héroes, aquellos que nos llevaban unos cuantos años, nos parecían lo más cool del planeta.


En mi caso, fue una vecina (que por conocernos toda la vida ya es considerada de la familia) y un primo, ambos me llevaban unos cuantos años, eran muy unidos, aunque mi primo vivía en Tijuana y mi vecina pues... a un lado de mi casa, aquí en Mexicali

Ese primo era lo que denominados "toda una fichita", muchos lo consideraban la oveja negra de la familia y con justa razón, en una ocasión le rompió el brazo a su propio padre con un bate de baseball, en un arranque de furia llegó a orinarse en la mesa de su casa frente a su madre, y todo esto era obviamente a causa de las drogas.

A mis 12 años le tenía miedo pero a los 14 lo miraba todas esas proezas como "yo quiero ser así, yo también odio a mis padres", además de que dentro de sus talentos siempre estuvo el tocar la guitarra y todos a esa edad soñamos con ser rockstars.

En cuanto a la vecina, con ella fueron mis primeras salidas, yo siendo menor de edad salía muy seguido con ella, mis primeras caguamas fueron con sus amigos, recuerdo incluso que fuimos a ver Sexo, Pudor Y Lágrimas y al estar con ellos no me pidieron identificación, obviamente no tenía, hasta creo que por mi culpa conoció al hombre con el que tuvo una relación de más de 10 años.


Pero bueno, después perdí ese ferviente contacto con ambos, conocimos a otras personas, el primo se fue a Monterrey y se la pasa viajando. Con la vecina porque se fue desde hace varios años de su casa y a vivir hasta el otro extremo de la ciudad. No voy a mentirles, hubieron algunos encuentros con ambos pero por separado y para el día que estuvimos los tres en el mismo espacio físico noté una gran diferencia.

Cuando nos  encontramos juntos de nuevo fue por los funerales de mi abuela, esto a principios del este mes de marzo, me atrevo a decir que me acompañaron por unos momentos porque yo estaba con mis amigos y me dio gusto ver a mi primo pero transpiraba incomodidad, parecía que andaba alcoholizado y risueño, era molesto porque estabamos en un velorio el domingo 6 de marzo.

Yo tenía ganas de una cerveza esa noche y le dije a mi primo que fueramos a las 11:30 pm pero él antes de que fueran las 11 se convirtió en un niño chiquito, chinguen y chingue que ya nos fueramos al oxxo por la cerveza (porque dejan de vender a las 12 am), creo que si tiene serios problemas con el alcohol. Fuimos a mi casa a tomar un bote solamente y me dormí porque a la mañana siguiente era el entierro (7 de Marzo), no desayune, llegué por unos pingüinos al y un yogurt a la tienda, todo para acompañarlo con mi café.


Me habla mi primo porque se quedó con mi vecina a dormir y que no tenía como transportarse a la funeraria, de donde partiría el cortejo fúnebre.

Al llegar al cementerio, el primo se portó de manera tan imprudente y diciendo tonterías para hacerse el chistocito lo cual no era la hora ni el momento, lo peor es que apestaba como a cebolla podrida. Cuando decía una bobada yo me alejaba, una suma falta de respeto para la abuela y para los presentes, para mi esa fue la primera señal de que él seguía igual que hace 10 años.

Él se quedó en Mexicali desde el un viernes 4 hasta el viernes 11, el miércoles nos juntamos en la casa de la vecina, que vive muy lejos en una privada, solamente diré que me queda de extremo a extremo.

Compramos cervezas y en la plática entre risas y sonrisas comenzamos a hablar de la abuela y el primo dijo que le afectó mucho la muerte de la abuela y fue cuando le pregunte "ah ¿es por eso que para canalizarlo empiezas a decir pendejadas?" y respondió de manera afirmativa, sin embargo reiteré que eso estuvo mal, mi vecina estuvo de acuerdo y ahí quedó el tema.


Mientras seguimos platicando, tocamos el tema del ex de mi vecina y dijo que ya tenían mucho tiempo con problemas, dijo que él le pedía que no tomara tanto, que no saliera tan seguido, en sí cambiar su presunta esencia.

Ahí fue cuando me di cuenta que una cosa es la esencia y otra muy distinta es la inmadurez, eso de tomar entre semana no se me hace muy sano, mira que el jueves no tenía que trabajar pero ella si y mi primo pues, estaba tomando a diario, desayunaba cerveza.

Yo me fui a mi casa después de dos caguamas y unas cuantas medias para dormir a gusto, a la maña siguiente mi vecina me manda un mensaje diciendo que se fue a trabajar y que dejó a mi primo en calidad de bulto.

En la tarde llega a mi casa mi primo y entre sus "ocurrencias" dijo "yo me desperté y no sabía donde estaba" y remató diciendo "me tomé tu caguama" y le dije que no era mía pensando por un momento, "verga, ¿así quería ser a mis 14? Claro, era un adolescente" y ahora esas conductas me parecen tan infantiles e irracionales.


Durante la noche anterior, en la casa de mi vecina, al verla sirviendo las botanas deliciosas, por un momento percibí que está muy sola, una especie de soledad incómoda y a mi primo pues, bueno, esclavo de la rebeldía infantil hedonista del exceso sin causa y fue cuando me dije "yo no quiero ser así, yo no soy así". 

No hay duda que cuando hay un cambio en ti llegando a un grado de madurez, ciertas conductas te parecen infantiles y un tanto obsoletas, le llamamos vida de adulto.

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